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REPORTAJE
Pinceladas rápidas y breves, manchas
de color que sugieren paisajes, y todo
esto, un poco desenfocado, son algu-
nas de las características propias del
arte impresionista, una escuela artísti-
ca nacida en Francia en el año 1874
y que se identifica con la miopía y con
las alteraciones visuales que padecían
muchos de sus pintores como
Monet,
Cézanne, Renoir o Degas.
El famoso oftalmólogo Noel Dan publi-
có hace más de una década en la revis-
ta Journal of Clinical Neuroscience un
estudio en el que asociaba los proble-
mas de visión de los artistas del Impre-
sionismo con su forma de pintar, inde-
pendientemente de que estos hicieran
una mera interpretación particular de
su pintura. De hecho,
algunos exper-
tos aseguran que muchos de los artistas
impresionistas desarrollaron este nuevo
estilo pictórico debido a una alteración
en la percepción de los objetos.
Para llegar a este razonamiento el doc-
tor de origen australiano realizó un aná-
lisis de las pinturas y de las pinceladas
de los impresionistas de distintas épo-
cas llegando a la conclusión de que en
algunos de los grandes cuadros de esta
etapa pictórica pueden verse formas
borrosas idénticas a las que ve una
persona que padece miopía.
Una teoría que también avaló en 2007
el oftalmólogo estadounidense Michael
F. Marmor con la publicación de
un es-
tudio en The Archives of Ophthalmology
en el cual revelaba que los cambios pro-
ducidos en el estilo de pintura de artistas
como Monet o Degas durante los últimos
años de su vida, también se deben a
EL IMPRESIONISMO,
EL ARTE DE LOS MIOPES
Claude Monet (1840-1926) Las amapolas, 1873.
Óleo sobre lienzo, 50 x 65 cm. Muse d’Orsay, París
Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) El almuerzo de los remeros, 1881.
Óleo sobre lienzo, 129,5 x 172,5 cm. The Phillips Collection, Washington
enfermedades visuales tales como la de-
generación macular o las cataratas.
Ade-
más, este estudio desvela que Monet
sufrió cataratas y que en la época más
abstracta de su pintura se puede iden-
tificar como el artista veía tras el filtro
borroso y amarillento propio de las per-
sonas que padecen esta enfermedad,
y que, sin embargo, tras ser operado el
pintor volvió a su estilo anterior.
impresionistas tenían problemas de vis-
ta o sufrían de daltonismo.
Otras de las pruebas que desvela el
análisis realizado por Noel Dan, habla
sobre la tendencia de los pintores im-
presionistas a la utilización reiterada del
color rojo. Este hecho se debe a que
usualmente las personas miopes sue-
len ver con mayor claridad este color, y
una prueba de ello es que por ejemplo,
a medida que las pinturas de Renoir
evolucionaban en el tiempo y su mio-
pía se incrementaba, el color rojo se iba
acentuando cada vez más y más.
Además de Dan Nolan o de Marmor, esta
teoría es compartida por un grupo de ex-
pertos de la Universidad de Calgary que
certifica la presencia de problemas en la
vista de algunos de los pintores más rele-
vantes del impresionismo.
Quizás si Monet, Renoir o Degas hubie-
ran llevado gafas nunca hubiese exis-
tido una de las etapas más brillantes
de la pintura y sus obras de arte puede
que no tuvieran dicha fama mundial.
Sin embargo, la belleza del impresionis-
mo reside solamente en su arte, pero
seguro que los pintores de la época pre-
ferirían haber visto la vida en su versión
más realista.
Asimismo, Degas también sufría una
maculopatía en los ojos que le impedía
distinguir las caras correctamente, lo
que también se ve reflejado en las obras
del artista.
De hecho, hasta
los propios críticos de
arte del siglo XIX que buscaban des-
honrar a los pintores seguidores de esta
tendencia pictórica aseguraban que los